Hace ya unas semanas, se podría decir que
casi un mes, que ya no duermo abrazado a la almohada. Me habré acostumbrado
supongo, pero no sé si eso es bueno o malo. El pequeño placer de tener la cama
para ti y que nadie te robe las sábanas. Pero, siempre hay peros, aun sigo
imaginando conversaciones sobre lo que te diría, vomitar cuanto he llegado a
odiarte y cuanto te echado de menos. Me habré acostumbrado supongo.
Como de costumbre, acabo escribiendo de madrugada. Soy de vida nocturna, que no por ello significa que me desviva por los bares y las fiestas, que también. Siempre he dicho que la mejor manera de conocerme es en un bar con cerveza en la mano. Por la noche estoy más despierto que dormido, más entusiasmado que aburrido y si a todo esto le sumas que hay menos gente que moleste porque están durmiendo, es el momento perfecto para eso que estas pensado. Y sí, me refiero a escribir.
Como de costumbre, acabo escribiendo de madrugada. Soy de vida nocturna, que no por ello significa que me desviva por los bares y las fiestas, que también. Siempre he dicho que la mejor manera de conocerme es en un bar con cerveza en la mano. Por la noche estoy más despierto que dormido, más entusiasmado que aburrido y si a todo esto le sumas que hay menos gente que moleste porque están durmiendo, es el momento perfecto para eso que estas pensado. Y sí, me refiero a escribir.
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