viernes, 27 de septiembre de 2013

"Y con el frío, llegó la calma"

La habitación revuelta. La cama lleva sin hacerse días, semanas. Las sábanas empapadas en sudor y la almohada en lágrimas. Llevo viviendo en esa cama demasiado tiempo. Me levanto. Mis píes desnudos tocan el suelo helado. Salgo de la habitación, el pasillo y de ahí al salón. Todo parece tener un color azulado. Miro por la ventana, no hay nadie en la calle. ¿Qué hora es? Hace algo de viento y poco a poco van cayendo copos de nieve. "Y con el frío, llegó la calma" me repito. Me siento en la silla y veo que tengo la botella de whisky a medias. Cojo el vaso con desprecio. De repente, me viene un olor a vainilla. Antes me gustaba ese olor, ahora me repugna. Aprieto el vaso. Lo estampo contra el suelo. Estalla en mil pedazos y un cristal me raja la mejilla izquierda. A LA MIERDA LA CALMA

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